martes, 27 de abril de 2010

Raices andinas

RAICES ANDINAS

El grupo de las cuatro raíces andinas que se describen ha sido relativamente poco estudiado y su área de producción es menor que la de los tubérculos. Generalmente se considera que son cultivos propios de las huertas familiares, en donde unos pocos surcos abastecen las necesidades de autoconsumo (Sánchez y Tapia, 1991). Sin embargo, algunas de las raíces, especialmente la arracacha se ve cada vez más en los mercados y se utiliza en la industria. Tienen además, por sus características individuales, un potencial productivo importante complementario a los tubérculos, debido a sus variados sabores y a su adaptación a diferentes condiciones ecológicas en los Andes.

Se pueden diferenciar las raíces de climas subtropicales, como arracacha, yacón y chago, utilizadas como alimentos complementarios y substitutos de los tubérculos sobre todo en los años de baja precipitación en las tierras altas, y la raíz de clima frío que es la maca, más consumida por ser considerada un alimento de alto valor nutritivo.

ARRACACHA
(Arracacia xanthorrhiza Bancroft)

Es una especie de la familia Umbeliferae, a la cual pertenecen también la zanahoria y el apio. De allí sus nombres de zanahoria blanca en Ecuador y apio criollo en Venezuela (Montaldo, 1972).

Figura 29
Arracacha (Arracacia xanthorrhiza)

Fuente: León, 1964

El país donde más se la cultiva es Colombia, sobre todo en Pasto y Cundinamarca (10.000 a 20.000 ha), (Frère, Rijs y Rea, 1975). Constance (1949), ha señalado 24 especies del género Arracacia para las condiciones de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En los últimos años su cultivo se ha extendido al sur del Brasil, donde se llama mandioquinha-salsa o batata baroa y se cultivan más de 4000 ha; además se industrializa como saborizante y como ingrediente de sopas instantáneas. Su sabor supera a la papa y es muy apreciada por los campesinos. Como indica Hermann (1992), la arracacha es el caso de un cultivo de alto valor que puede ser cultivado por campesinos pobres.

Descripción botánica

Esta planta se comporta como una especie bianual y alcanza una altura de 1 a 1,50 m. El tallo presenta ramificaciones cortas o brotes en su parte basal, denominadas colinos que constituyen el material de propagación ya que contienen yemas. Los colinos no deben tener más de 3 cm de ancho para obtener buenas plantas productoras de raíces.

León (1964) hace una descripción botánica completa de esta especie. Las hojas son pinnadas, con 3 o 4 pares de folíolos opuestos. La inflorescencia es en umbela compuesta con dos ramas laterales y una terminal. Plasencia (1986) ha estudiado el tiempo de brote de los colinos, variando este entre 2 y 26 días. Un problema que se observa en la producción de esta raíz es la floración prematura que reduce la producción. Huertas (1985), estudió en las condiciones de Cajamarca un total de 738 plantas de 52 clones diferentes, de las cuales un 62% florearon, seleccionando sólo 11 clones que no florearon y que son un importante material para obtener líneas con una producción acelerada.

Se pueden reconocer hasta tres tipos de arracacha según la coloración de la raíz que es muy heterogéneo: el color externo puede variar de blanco, blanco con manchas grises, violáceas o crema, crema con jaspes rosados, amarillo y amarillo ligeramente bronceado. Mientras el color interno puede ser blanco, amarillo y morado entero o con anillos y rayos medulares de color violáceo o morado (Ríos, 1983).

Requerimientos climáticos

La arracacha requiere de un clima subtropical, sin presencia de heladas, por lo cual se la encuentra en la parte baja de las zonas agroecológicas quechua y yunga, en el caso de la sierra del Perú. En general, la altitud óptima para su producción se ubica entre 1200 y 3000 msnm dependiendo de la latitud.

La temperatura óptima es de 14 a 21°C. Las temperaturas más bajas retardan la maduración de las raíces y afectan al crecimiento del follaje. Temperaturas más altas como las que ocurren en Maracay, Venezuela y Santa Marta en Colombia, parecen disminuir el tamaño de las raíces (Rea, 1992).

Cárdenas (1950) indica que para las condiciones de Bolivia, la arracacha no produce bien por debajo de los 1000 msnm ya que no llega a formar raíces; en pruebas efectuadas a nivel del mar, en la costa del Perú, se encontró que en suelos arenosos el rendimiento era sustancialmente menor debido a un ataque muy severo de nematodes (Moreno, 1995).

Requerimiento de suelos

Crece en suelos profundos con buena materia orgánica, fértiles, bien drenados, con un pH entre 5 y 6 y para lograr un buen enraizamiento prefiere los días cortos (Rea, 1992).

Problemas fitosanitarios

Evans, referido por Montaldo (1972), señala que la arracacha es atacada por una plaga denominada Papilio polyxenes la cual constituye un grave problema; también es dañada por Agrostisipsylon y pulgones, pero en menor grado.

En cuanto a enfermedades, la principal es la pudrición de la raíz, Sclerotium rolfasi. En épocas de lluvia intensa es atacada por la enfermedad denominada mela mela o melado, Septoria sp., que afecta las raíces con la consiguiente mella en la calidad del producto (Silva y Normanha, 1964).

Fitomejoramiento

Según Rea (1992), este cultivo ofrece muy buenas posibilidades para su mejoramiento. Así, la existencia de líneas que se pueden cosechar en 280 días sería ya un adelanto, pues la mayoría necesita todo un año (Ríos, 1983). Además de disminuir el período de crecimiento, se requiere reducir la característica de lignificación de las raíces en la madurez.

Con simples técnicas de selección masal se podrían obtener variedades de mayor rendimiento y de tamaño más uniforme, lo que facilitaría su procesamiento. Los rendimientos son variables y se pueden obtener entre 4000 y 12000 kg/ha. Franco et al. (1992), evaluaron los doce mejores ecotipos en Cajamarca y obtuvieron rendimientos entre 7 y 18 t/ha con una precipitación de 780 mm.

El programa de mejoramiento elaborado por el INIAP, Ecuador, propone completar la colección y evaluación del germoplasma actual. Esto puede ser aplicable a todos los países andinos, donde sólo las acciones puntuales han permitido contar con colecciones parciales. En Perú, Arbizu efectuó una recolección de material de arracacha en gran parte de la sierra.

La primera colección de ecotipos de esta especie se realizó en los años 60 por el personal del Programa de Cultivos Andinos del IICA (Rea y León, 1963). De esta colección se repartieron duplicados en Cajamarca (Perú), Bolivia y Colombia. Las colecciones más completas de germoplasma se mantienen actualmente en Colombia, Ecuador y Cajamarca (Perú); sin embargo el esfuerzo de los últimos dos años efectuado por el Proyecto Raíces y Tubérculos Andinos del Centro Internacional de la Papa está logrando unificar estos trabajos y evaluar el material colectado.

Cultivo

La arracacha se reproduce por los brotes que aparecen en la corona de la raíz, llamados colinos en Colombia, hijuelos o pashinincas en Perú. Se requieren unos 20.000 colinos por ha, lo que representa más o menos unos 350 a 500 kg de material de propagación. Se deben descartar los colinos de la parte central, puesto que dan origen a plantas con raíces de tamaño reducido y por lo tanto de baja producción (Hlatky y Romero, 1988).

A los 30 a 40 días se requiere un aporque, el cual se puede repetir 2 o 3 veces más durante el crecimiento de la planta.

Generalmente la arracacha se siembra asociada con maíz; en Colombia se ha visto asociada al café (Rea, 1992). En Ecuador, Hlatky y Romero (1988) han probado la siembra de arracacha en camas sobre el nivel del suelo, por debajo del nivel y en surcos; concluyen que la siembra en surcos es la que produce un mayor rendimiento.

Un factor altamente negativo para el incremento de la producción de este cultivo es que sus raíces son muy perecibles, razón por la cual se requiere su inmediata comercialización y consumo o industrialización.